jueves, 10 de septiembre de 2015

EL ESTRES...ni contigo, ni sin ti.

Así de paradójico es el estrés, sin él no nos movilizaríamos,  pero demasiado nos puede matar, tan duro como se lee. Hablamos mucho de estrés, pero  ¿realmente te estas percatando cuanto te  esta afectando el estrés física, mental y espiritualmente?.

El estrés es una respuesta o reacción a algo  que se puede considerar una amenaza o riesgo,  para dar esa respuesta se involucran  reacciones fisiológicas y emocionales. Cuando estamos sometidos a un estrés permanente en nuestra vida esto se puede volver agotador y hasta enfermarnos.

Mira a tu alrededor, en promedio  aproximado verás que un 90% de las personas que  te rodean están estresadas, es el mal del siglo 21 y este flagelo está  enfermando, desequilibrado y matando  a mucha gente.

Es importante diferenciar entre un estrés saludable porque me ayuda a reaccionar y movilizarme y un estrés nocivo que me agota y me deja sin energía de vivir. Allí estriba la diferencia entre un estrés agudo que es el estrés común que surge de las presiones diarias que aunque difícil, se puede manejar y el estrés crónico que es el tipo de estrés del que no salgo, ya que me quedó en esa situación desgastante y agotadora de mi vida, que puede ser un trabajo, una relación, cualquier condición desfavorable que por mucho tiempo de estar presente en mi vida, termina tomándome el control. Es así, como el ser humano se entrega a su pesar dejándose afectar en su equilibrio emocional y su salud. 

El estrés crónico puede matar, ya que la salud se deteriora, cuantas personas que han tenido un ataque al corazón, un accidente cerebro vascular, cáncer, entre otras tantas enfermedades, al  revisar su historial resulta que han pasado años  sometidas a un fuerte estrés que no han sabido gestionar. Por otra parte tenemos los desbalances emocionales que causa el estrés ,  se pueden volver enfermedades mentales…y que en casos extremos pueden llevar a una persona hasta el suicidio. 

Aprende a identificar, cuando el estrés está tomando el control de tu vida y está afectando tu salud, tu bienestar y tu alegría de vivir, lo puedes saber porque ya no sales de ese estado de ansiedad y angustia que se vuelve permanente.

El estrés te agota,  y además  genera angustia y ansiedad, pero revisa si esa angustia y ansiedad no viene de sentir que no estas respondiendo satisfactoriamente a la situación que te está generando el estrés, bien sean exigencias de trabajo, familiares, de estudio, entre tantas otras. Si tenemos todo bajo control o un alto nivel de tolerancia a la frustración,  no nos estresamos, pero cuando la situación nos supera y nos vemos amenazados es allí cuando aparece el estrés. 

Mide tu nivel de satisfacción ante la situación que tanto te genera estrés ¿estás conforme con la respuesta que estás dando? El factor estresante siempre va a estar allí, el asunto es la respuesta, “TU RESPUESTA”, ¿como te enfrentas a esos desafíos diarios? ¿Cuál es tu estado emocional? ¿Cuál es tu nivel de tolerancia a la frustración?.

Usa el estrés a tu favor para que te movilice, cuando te tome el control hazte consciente y corrige tu forma como lo estás enfrentando, asumiendo una actitud lo más positiva posible. Respira, relájate y si no puedes cambiar lo que hay frente a ti, ALQUILATE.


En amor y servicio.-

María Alejandra Chacón
redes @maalejachacon




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