Perdonar es soltar un gran saco de
piedras que cargamos sobre nuestra espalda, que pesa y no nos deja
avanzar. Pero aquí emerge otra
interesante pregunta ¿Cómo suelto el saco de piedras si lo tengo amarrado a mi
vida?
Lo primero sería entender la razón de
cada piedra para estar allí y lo segundo es reconocer cuales son las amarras
que no me dejan soltar el saco.
Cada piedra es una herida que no ha
sanado, que está abierta y sangrando, por eso pesa y duele tanto. Por tanto,
ver y reconocer esa piedra me permitirá saber que existe en mi vida y porque me
pesa, si no la veo ni reconozco, ella va a pesar y doler más y más hasta que la
vea.
Las amarras son las razones que debemos
entender que no nos dejan que perdonar. Y una de esas tantas razones que
podemos descubrir, es la insatisfacción.
La piedra sigue amarrada a mi porque no veo, ni trabajo muchas veces esa
insatisfacción. Y cuando entendemos que
el peso de la piedra es el peso de mi insatisfacción, ya eso me ayuda a
reconocer mi herida y sanarla. Por ello es tan importante prestar la atención
debida y el cuidado a ese proceso que me mantiene insatisfecho conmigo mismo o
con los otros.
Cuando entiendo para que he vivido una
experiencia, lo que me ha permitido crecer, a pesar que duele, ya estoy dando
un gran paso para soltar mi saco de piedras. El hecho de reconocer cada herida que se ha convertido en
una piedra y de honrar el aprendizaje de esto en nuestra vida, nos otorga la
fuerza y la determinación para perdonar.
Entender y sanar nuestra insatisfacción practicando los correctivos pertinentes
es el siguiente gran paso que me va a liberar definitivamente de ese peso.
Vive
ligero y cierra tus procesos, si cargamos con el saco de piedras viviremos cansados, agotados y
vencidos eternamente. Suelta y se
libre…es mi invitación para ti hoy. …y si aun no estás convencido, mira cuanta
gente hay a tu alrededor cargando sacos de piedras y estando totalmente
infelices. ¿Quieres seguir tu vida así?
En amor y servicio .-
María Alejandra Chacón
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