A veces tenemos un familiar, amigo o un ser muy querido que está enfermo, deprimido o sin voluntad y que nosotros no encontramos la forma de ayudarle para que se motive a sanar.
Y es lógico que cuando tenemos a alguien
cercano que está viviendo un proceso, bien sea de conflicto emocional, un
desafío de salud o un momento de cambio, le
queremos ayudar e impulsar para que mejore.
Pero …¿qué pasa si esa persona no quiere
mejorar? , ¿eso la hace mala? ¿me quiere menos por no darse cuenta del daño que
me hace? ¿se quiere menos por no asumir
el daño que se puede hacer a si misma por no querer mejorar?
Nos quejamos que no pone de su parte, le
reclamamos muchas veces y hasta entramos en conflicto, esa plática “ que ponga
de su parte” se vuelve una letanía eterna, nos enojamos, hasta nos alejamos,
pero… ¿qué tal si le damos un giro a la forma como lo estamos enfrentado?
Cada persona tiene su sistema de
creencias, costumbres, miedos y de allí el refrán que dice: “cada cabeza es un
mundo”. Por lo tanto, cada quien vive
sus experiencias de vida de una manera única.
Cada Alma viene a la vida a vivir su
propia experiencia y esta a cargo de su propia sanación, tiene libre albedrío y
muchas veces en ese “no querer mejorar” puede existir un gran aprendizaje, pero
no sólo para el que esta pasando el mal
momento, sino para nosotros mismos.
Si te encuentras en esta situación con un
ser querido, te invito a que le quites de primero la etiqueta de pobrecito, míralo con ojos de aceptación y no de
juicio, entrégale su poder cuando le observes, le pienses y le hables y eso lo
logras tan sólo aceptando y honrando que cada quien tienes su tiempo para sanar
y que en su sabiduría interior, esa alma eligió
esa experiencia…y que esa misma sabiduría interior le va a mostrar el
camino.
El hecho no es volverse indiferente e
indolente, pero si es, devolverle el
poder que ha perdido con la situación límite que vive, cuando tu confías y
siente que el Ser de esa persona tiene la gran capacidad de manejar esa
experiencia, le estás ayudando de una forma maravillosa a que e empodere.
Ofrece consejo con amor, pero no impongas
ni interfieras, brinda apoyo con amor, pero
no te conviertas en muleta, escucha con amor pero no
juzgues. Confía al 100% que esa persona puede
salir de su situación. Con esta actitud vas a motivar su sanación respetando
que cada quien tiene su propio tiempo para sanar y es perfecto.
Con amor y servicio.-
María Alejandra Chacón