Así de paradójico es el estrés, sin él no nos
movilizaríamos, pero demasiado nos puede matar, tan duro como se lee. Hablamos
mucho de estrés, pero ¿realmente te estas percatando cuanto te esta afectando el estrés física, mental y espiritualmente?.
El estrés es una
respuesta o reacción a algo que se
puede considerar una amenaza o riesgo, para dar esa respuesta se involucran reacciones fisiológicas y emocionales. Cuando estamos sometidos
a un estrés permanente en nuestra vida esto se puede volver agotador y hasta
enfermarnos.
Mira a tu alrededor, en promedio aproximado verás que un 90% de las personas que te rodean están estresadas, es el mal
del siglo 21 y este flagelo está
enfermando, desequilibrado y matando a mucha gente.
Es importante diferenciar entre un estrés saludable porque
me ayuda a reaccionar y movilizarme y un estrés nocivo que me agota y me deja
sin energía de vivir. Allí estriba la
diferencia entre un estrés agudo que es el estrés común que surge de las
presiones diarias que aunque difícil, se puede manejar y el estrés crónico que
es el tipo de estrés del que no salgo, ya que me quedó en esa situación desgastante y
agotadora de mi vida, que puede ser un trabajo, una relación, cualquier condición desfavorable
que por mucho tiempo de estar presente en mi vida, termina tomándome el control. Es así, como el ser humano se entrega a su pesar dejándose afectar en su equilibrio
emocional y su salud.
El estrés crónico puede matar, ya que la salud se deteriora, cuantas personas que han tenido un ataque al corazón, un accidente cerebro vascular, cáncer, entre otras tantas enfermedades, al revisar su historial resulta que han pasado años sometidas a un fuerte estrés que no han sabido gestionar. Por otra parte tenemos los desbalances emocionales que causa el estrés , se pueden volver enfermedades mentales…y que en casos extremos pueden llevar a una persona hasta el suicidio.
Aprende a identificar, cuando el estrés está tomando el
control de tu vida y está afectando tu salud, tu bienestar y tu alegría de
vivir, lo puedes saber porque ya no sales de ese estado de ansiedad y angustia
que se vuelve permanente.
El estrés te agota, y además genera angustia y
ansiedad, pero revisa si esa angustia y ansiedad no viene de
sentir que no estas respondiendo satisfactoriamente a la situación que te está generando el estrés, bien sean exigencias de trabajo, familiares, de estudio, entre
tantas otras. Si tenemos todo bajo control o un alto nivel de tolerancia a la frustración, no nos estresamos, pero cuando la situación nos supera y nos vemos amenazados es allí cuando aparece el estrés.
Mide tu nivel de satisfacción ante la situación que tanto te
genera estrés ¿estás conforme con la respuesta que estás dando? El factor
estresante siempre va a estar allí, el asunto es la respuesta, “TU RESPUESTA”,
¿como te enfrentas a esos desafíos diarios? ¿Cuál es tu estado emocional? ¿Cuál es tu nivel de tolerancia a la frustración?.
Usa el estrés a tu favor para que te movilice, cuando te
tome el control hazte consciente y corrige tu forma como lo estás enfrentando, asumiendo una actitud lo más positiva posible. Respira, relájate y si no puedes
cambiar lo que hay frente a ti, ALQUILATE.
En amor y servicio.-
María Alejandra Chacón
redes @maalejachacon
No hay comentarios:
Publicar un comentario